Lo que considero mi destino, llegué a la cosmetología por lo que algunos llamarían una coincidencia y otros lo llamarían algo destinado a ser, estudié la carrera de cosmetología en Valencia, España; y lo que comenzó como el primer paso para hacer otra carrera me mostró que eso era lo que amaba y quería hacer todos los días.

Me he preparado como especialista en cuidado de la piel para ayudar a todas aquellas personas que viven con complejos, tengo la capacidad de escuchar a cada uno de mis clientes y esto me ha llevado a tener una relación con ellos que perdura en el tiempo.

Me llena de felicidad dar una terapia de belleza en la que cientos de personas salen sintiéndose mejor por fuera y también por dentro.

Las personas, y especialmente las mujeres, cargan con la carga de ser hermosas, y yo las mejoro para que sean la mejor versión de sí mismas.